LA POSADA JAMAICA: ¡Aventuras, suspense y piratas!

La posada Jamaica

"El viento soplaba a rachas, a veces sacudía la diligencia al tomar las curvas, y en terreno elevado y a campo abierto embestía con tanta fuerza que el vehículo entero temblaba y daba bandazos sobre las altas ruedas como un borracho. [...] Los desalentados caballos avanzaban con desgana obedeciendo sus órdenes, tan vencidos por el viento y la lluvia que ni siquiera notaban el látigo [...]. 

Y fue así como Mary Yellen inició el viaje [...], en una diligencia que no dejaba de traquetear y bambolearse." 

Fragmento de La posada Jamaica de Daphne du Maurier

Hace tiempo que os confesé mi enorme fascinación por las novelas de la gran autora británica Daphne du Maurier (autora de Rebeca y Los pájaros), cuya magnífica prosa y el toque de suspense que impregnan todas sus obras me han cautivado.

Alba Editorial nos ofreció hace poco a los lectores una nueva edición de La posada Jamaica, una novela de aventuras, suspense, piratas y amor escrita en los años treinta y ambientada en el Cornualles del siglo XVIII. Mary Yellan es una joven que acaba de quedar huérfana y a la que envían a vivir con su único pariente vivo, su tía Patience. Su tía y su tío Josh regentan una posada con muy mala reputación en Cornualles, la posada Jamaica, tras cuyas puertas se oculta el verdadero negocio de la pareja: el hundimiento de barcos, el saqueo y el asesinato. Mary, una joven valiente y honrada, tendrá que amoldarse a su nueva y horrible realidad, teniendo que dejar de lado, en más de una ocasión, sus principios para mantener en pie lo poco que queda de su "familia" y de su "hogar". Sin embargo, dentro de la opresiva atmósfera de sometimiento y delincuencia creada por su tío y a la que Mary se verá sometida, el amor hará acto de presencia.

De nuevo, du Maurier me encandiló con su maestría creando tramas adictivas llenas de suspense y misterio, donde su protagonista no es una frágil florecilla a merced de los embates de la vida. Mary es una joven honesta que verá su vida puesta patas arriba, y que deberá saber desenvolverse en el mundo violento y delictivo de su tío, un hombre temible y despreciable, que a espaldas de la ley, es un sádico pirata (pero no de esos con garfio, una pata de palo y un parche en el ojo) . Mary no se verá con fuerzas de abandonar a su tía, su única pariente de sangre viva que, aunque jamás delataría a su marido, es otra prisionera en la posada. 

El único hombre en que Mary comienza a confiar es en Jem, el hermano menor de su tío, que aunque vive vendiendo caballos robados y demás trapicheos, no es un asesino como su hermando y a él parece quedarle una pizca de decencia.

La posada Jamaica es un retrato maravilloso y bello de una época convulsa y mísera para las gentes de Cornualles, donde el trabajo honrado escaseaba y el tener que recurrir a lo ilegal para sobrevivir era habitual. El propio Alfred Hitchcock la llevó al cine en 1939, como ocurriría con otros de sus títulos que fueron adaptados a la gran pantalla: Rebeca, Mi prima Rachel o Los pájaros.

La posada Jamaica de Daphne du Maurier es una novela de suspense, aventuras y romance altamente recomendable. Se trata de un libro adictivo, de gran calidad narrativa y que se compara con otros éxitos de la autora como Rebeca. Su lectura es muy ágil y, a pesar de la aparente sencillez de su trama, no paran de suceder cosas. La autora nos cuenta, al principio de la novela, que esta historia surgió de su imaginación desbocada, inspirada por una posada real en Cornualles que le hizo preguntarse qué sucesos habrían vividos sus gentes en aquellos tiempos. ¡Mil gracias a Alba Editorial por el ejemplar!

Título: La posada Jamaica

Autor: Daphne du Maurier

Traducción por: Concha Cardeñoso

Género: Aventuras

Editorial: Alba Editorial

Formato: Papel

Páginas: 400

Precio: 22,00 € (Papel)

ISBN: 97884-90653920

Argumento: Daphne du Maurier explicaba en una nota preliminar a La posada Jamaica (1936) que el establecimiento al que alude el título aún seguía en pie y que la novela era el producto de sus fantasías sobre cómo habría sido ciento veinte años antes. La acción arranca precisamente con un recuerdo clave de la imaginación romántica: un carruaje que atraviesa los páramos de Cornualles es zarandeado por la tormenta y en él una joven huérfana, Mary Yellan, se dirige al encuentro del único familiar que le queda, su tía Patience, que junto con su marido regenta una lóbrega y aislada posada de mala fama... a la cual el cochero apenas se atreve a acercarse.

Las tormentas, los paisajes desolados, los mares que rugen, los naufragios provocados, los bandidos y dos mujeres atrapadas en un rincón de Inglaterra sin otra ley que la de la violencia, componen la atmósfera de esta excelente novela, un auténtico clásico moderno que mezcla la fascinación por la oscuridad con una denuncia de la brutalidad doméstica. El terror y la agonía de habitar un mundo dominado por hombres sin escrúpulos −pero a quienes también visitan sus fantasmas− se unen a la recreación de un mundo donde la moral aparece y desaparece como un espectro. Fue llevada al cine por Alfred Hitchcock en 1939.

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